El papel creativo y crítico de la alfabetización digital


El concepto de alfabetización digital va ganando poco a poco terreno en los procesos formativos que se desarrollan en los centros escolares. Ya son muchos los profesores que han oído algo sobre el tema aunque la realidad es que los procedimientos educativos generales distan mucho de acercarse a ese nuevo modelo de educación.

Las causas de ese alejamiento real entre los conceptos teóricos y la práctica docente son muchas, quizás la base siga siendo el rechazo de los profesores ante unos recursos que les resultan ajenos a su vida cotidiana y que les restan protagonismo en su papel de difusores del conocimiento (base de su trabajo hasta hace muy poco y modelo con el que el mismo profesorado ha sido formado).

Los profesores se sienten perdidos ante la enorme cantidad de recursos puestos a su disposición y además se consideran en desventaja ante alumnos que los manejan con fluidez y, sobre todo, sin complejos.  Son muchos los profesores que prefieren seguir agarrados a la tiza y el papel ante el vértigo que produce lanzarse a un mundo en el que ellos dejan de ser los protagonistas para pasar casi a la labor de aprendices.

Los profesores y, en general, los adultos que accedemos a los recursos digitales intentamos establecer siempre un equivalente físico al recurso digital que llega a nuestras manos. Es decir, si llega a nosotros un procesador de texto intentaremos adaptarlo al modo de escribir que utilizamos habitualmente, si manejamos twitter estableceremos un sistema de comunicación que será similar a nuestro modo de interactuar presencial. Es verdad que accedemos a estos recursos pero también es cierto que no suele representar un cambio sustancial en nuestro modo de actuar, buscamos en la tecnología sólo «otra» forma de hacer las mismas cosas de siempre.

Cuando un recurso nuevo se presenta ante nosotros debemos hacer un tremendo esfuerzo para aprender cómo funciona, para qué sirve y qué parcela de nuestro trabajo cotidiano complementa. La perspectiva de un «inmigrante digital» es siempre adaptar el recurso a la actividad y no al contrario.

La prueba de todo esto es que cuando analizamos la práctica docente habitual encontramos una gran penetración de instrumentos digitales pero eso no significa que el modelo formativo haya cambiado de forma significativa. Seguimos enseñando igual aunque usamos medios tecnológicos nuevos.

Cuando comencé mi trabajo hace 25 años los exámenes los dictábamos a los alumnos. Poco después comenzamos a utilizar las máquinas de escribir con las multicopistas que te permitían elaborar un cliché y así hacer copias múltiples. Después llegó el cliché electrónico y la fotocopia. Un gran avance supuso el editor de texto del ordenador (wordstard, wordprefect, word, oppenofice) y la impresora de carro, la de chorro de tinta, la láser. Lo último ha sido la era internet con los exámenes hechos en moodle y guardados en dropbox.

Pero ante tales avances una realidad se constata: los exámenes siguen siendo básicamente los mismos. Los alumnos deben responder a una serie de preguntas sobre los contenidos que se les han presentado en clase y que han memorizado para repetirlos. Les ponemos problemas para resolver en los que deben aplicar aquellos principios y leyes que les hemos presentado en el aula previamente y que responde a los modelos prácticos que hemos repetido hasta la saciedad en nuestras clases, eso sí, usando la pizarra electrónico y las presentaciones en power point.

Esta situación ha venido a provocar una doble brecha entre alumnos y profesores: la brecha digital y la brecha entre lo que se aprende en el aula y la realidad que el alumno vive fuera.

Pero sería injusto poner al docente como responsable de este fracaso de modelo. Los profesores bastante tenemos con preparar nuestras clases, aguantar a nuestros alumnos (cada vez menos motivados), corregir examenes y aprender cada nuevo recurso que se nos pone a nuestra disposición y que ya está obsoleto cuando ya lo manejamos bien. Bastante llevamos con tener que dedicar una parte de nuestro tiempo a autoformarnos.

Además, tampoco es cierto que la práctica docente no esté salpicada de experiencias muy interesantes en las que los profesores van cambiando su modelo de trabajo hacia formas mucho más cercanas a la realidad. El problema es que eso es algo aislado y la administración no ofrece cauces eficaces de difusión de dichas actuaciones.

El fracaso es del modelo y de aquellos que no han sabido o no han querido ver la necesidad de un cambio real en el proceso de formación. Somos muchos los profesores conscientes de este cambio y que creemos imprescindible una reforma verdadera del sistema (y que trabajamos todos los días así) pero nadie nos pregunta qué se debe hacer ni cómo. Los gestores actúan de espaldas a la realidad intentando mejorar los datos del informe Pisa pero sin llegar hasta el fondo del problema. Pagan caros asesores que no han dado nunca clase mientras silencia las voces de todos los que clamamos por un sistema nuevo conscientes de los errores del actual.

La sociedad no puede pedir a la escuela que haga este cambio por sí mismo, es necesaria una conciencia general del papel que la educación tiene en la vida de las personas y eso pasa indefectiblemente por una revalorización del papel del profesor. Al mismo tiempo la administración debería establecer un proceso formativo que reciclara a los profesores desde la perspectiva de un cambio sustancial que supusiera una modificación de rol en clase. Pero ese cambio debe ir claramente marcado por unas líneas teóricas sencillas y claras que permitan al profesor entender por qué es necesario y para qué. No realizarlo de esta forma supondría pedir a los profesores un salto al vacío sin red.

Y es precisamente en este lugar en el que surge la alfabetización digital como elemento fundamental. El problema hasta ahora ha sido que se suele entender esa alfabetización sólo como el modo en el que los alumnos adquieren determinadas técnicas digitales con las que realizar los mismos procesos de siempre.

El verdadero cambio se producirá cuando veamos la alfabetización como proceso en que los alumnos son capaces de crear su propio conocimiento dentro del ámbito de su utilidad. Se trata de enseñar a manejar la información para seleccionar aquellas que es válida para el objetivo que tenemos. Los profesores deben enseñar a los alumnos a utilizar aquellos instrumentos que les pueden ser necesarios para leer información, seleccionar la importante y manipularla en función de los objetivos que tiene. Es ahí donde podemos encontrar el verdadero papel de nuevo profesor. Es cierto que los alumnos suelen conocer mejor los medios digitales que nosotros pero eso no quiere decir que los sepan usarlos sacando el máximo partido. Frecuentemente vemos a los alumnos buscar información en google pero desconocen la mayor parte de recursos que tienen a su disposición.

El papel del nuevo profesor debe ser el de alfabetizar para trabajar la competencia de comunicación lingüística y la digital desde la perspectiva de que sea el alumno el protagonista de este proceso (aprender a aprender) con autonomía e iniciativa personal, desarrollando su creatividad en contacto con el mundo físico y teórico (matemático). Todo eso deberá ir unido a una necesidad de desarrollo  de su actividad como ciudadano inmerso dentro de una sociedad. Este proceso de formación integral sólo es posible con la participación de docentes capaces y preparados que sepan diseñar proyectos educativos integrados e integrales. Su papel de organizador y orientador debe sustituir al de difusor de conocimiento. Para ello es necesario un cambio fundamenta en la administración educativa capaz de establecer un proceso de formación que atienda a las necesidades reales de los docentes junto con una inversión en recursos coherente.

Y es en medio de todo esto en el que las bibliotecas escolares pueden jugar un papel fundamental siempre que sean capaces de actuar como motores de ese proceso en toda la comunidad educativa. Las bibliotecas escolares deben contar con los recursos físicos y digitales suficientes para llevar a cabo esa modernización y deben también disponer de profesionales capaces de liderar ese cambio. Es en este sentido en el que debemos entender la biblioteca como centro integral de recursos para el aprendizaje en el que caben todos los sistemas, todos los procesos y todas las materias. La administración debería comenzar por ahí su cambio invirtiendo mucho más tanto en medios como en formación de los responsables de biblioteca. Estos responsables deberán ser la punta de lanza que desarrolle este proceso de forma sistemática aprovechando la labor docente ya existe y extendiendo su acción a toda la comunidad educativa.

La educación es en nuestra sociedad más necesaria que nunca porque el riesgo es vivir en un mundo plagado de información pero con ciudadanos incapaces de servirse de ella, esto es lo que representa el analfabeto moderno y puede llegar a aumentar la distancia entre los excluidos del sistema y los privilegiados, los que manejan estos recursos.

El papel de la administración en el desarrollo de las bibliotecas escolares


Surge este post después de la lectura de la entrada del Plan de lectura y bibliotecas escolares en red de Albacete, sobre la situación de presente y futuro en esa comunidad.

Mi contacto con bastantes bibliotecas escolares de Murcia y de Andalucía (sobre todo Almería) me lleva a considerar que la situación que se describe para Castilla-La Mancha no es muy diferente de la del resto de España. Dos son los problemas que, a mi modo de ver, nos mantienen en esa situación y sobre los que escribo aquí.

Somos conscientes de la importancia de las bibliotecas escolares y el papel que deben jugar en la dinamización en la escuela para crear un nuevo modo de enseñar. Son muchos los autores que hablan de esa evolución desde la biblioteca tradicional como centro de lectura y depósito de información hasta la nueva biblioteca 2.0 integrada en el proceso de enseñanza-aprendizaje como verdadero centro intregrado de recursos (BECREA). Ese concepto educativo es el que da verdadero valor al concepto de escolar en la biblioteca y lo que la diferencia del resto de bibliotecas públicas a disposición de todos.

Si lo tenemos tan claro y sabemos de la mejora que supondría en nuestros centros educativos una biblioteca escolar así ¿Por qué nuestras bibliotecas escolares siguen sin alcanzar esa evolución?

Para mí el problema se centra en el papel que juega en todo esto la administración pública, tanto el estado como las comunidades autónomas. Sin un estado capaz de realizar un plan general de bibliotecas con las que coordinar el trabajo de todas las comunidades autónomas y en el que se aprovechen los avances parciales que se producen en unas comunidades para extenderlo a las demás, no lograremos que las bibliotecas escolares acaben siendo lo que deberían. Mientras en España las competencias educativas sigan dependiendo exclusivamente de las CCAA cada una seguirá dando palos de ciego repitiendo errores. Esto no quiere decir que no sea positiva la descentralización de la gestión educativa, lo que impide su eficiencia es el que no exista un estado capaz de establecer unos mínimos comunes en planes que afectan a todos los ciudadanos, independientemente del territorio en el que vivan y que garanticen unos mismos derechos y servicios para todos.

Sólo un país con un concepto de estado capaz de establecer unos mínimos comunes para todos será capaz de generar un plan de desarrollo de las bibliotecas escolares que les permita llegar a ser lo que aquello que nuestros centros educativos necesitan. En España seguimos pensando que son los territorios los que tienen derechos en lugar de los ciudadanos. Y esto sería extensible hasta hacerlo desde una política europea.

Pero aunque este problema lo solucionáramos aún nos quedaría por resolver el más importante. Por mucho que tengamos una administración capaz de coordinar un plan nacional de bibliotecas, sin una inversión en recursos materiales y humanos verdaderamente importante y eficiente no lograremos nada.

Invertir en educación es invertir en futuro, mucho más en momentos de crisis como el actual. De todas las inversiones la más rentable, sin duda alguna, es aquella que permita hacer las bibliotecas escolares auténticas gestoras de los recursos educativos de un centro escolar.

Un plan de bibliotecas escolares deberá dotar a los equipos de bibliotecas de presupuesto para actualizar sus fondos y modernizar sus medios digitales (ordenadores, wifi, soportes de libros digitales, etc), pero deberá, sobre todo, disponer de equipos de profesores capaces de dinamizar la biblioteca, generar recursos educativos y fomentar la lectura. Para conseguir que el profesorado aproveche al máximo las potencialidades de nuestras bibliotecas es imprescindible invertir en formación. No podemos seguir pidiendo a los docentes que den sus clases, corrijan sus exámenes, preparen sus materiales y, a la vez, dedique parte de su tiempo y su dinero en auto-formarse sin ningún tipo de incentivo ni económico ni profesional.

No podemos pretender que las bibliotecas escolares avancen sin profesores que tengan suficiente horario lectivo para dedicar a la organización de la biblioteca, a la creación de recursos educativos y  atención al resto de la comunidad educativa. Las bibliotecas escolares necesitan equipos docentes con dedicación plena a su labor para que ofrezcan recursos al resto de la comunidad educativa.

Hasta ahora el desarrollo de las bibliotecas escolares se ha producido gracias a un puñado de profesionales que hemos dedicado un enorme esfuerzo extra a formarnos, convencernos y convencer a nuestros compañeros de la necesidad de este cambio. Es ya la hora de que sea la administración la que tome el relevo creando planes de formación y generando recursos que extiendan a todo el profesorado la labor del nuevo profesor.

Los profesores nos enfrentamos al reto de educar ciudadanos que utilizan la tecnología de modo natural. Tenemos que ser capaces de motivarlos en un entorno educativo muy poco atractivo a priori para ellos y todo eso desde la diversidad. El papel dinamizador y orientador del docente ante este nuevo alumno sólo será posible si contamos con recursos educativos y medios. En este punto es en el que las bibliotecas escolares pueden ofrecer una gran ayuda. Los que apuesten por este modelo educativo acabarán triunfando, los que pierdan este carro están abocados al fracaso.

Nuestro gran reto es el de enseñarles para que puedan solucionar problemas que todavía no se han creado. Tenemos que hacerlos capaces de modelar su propio proceso de aprendizaje y mejorar su capacidad de organizar y utilizar una información muy variada en contenidos y en fuentes.

Moodle como herramienta de evaluar competencias.


Dos son los problemas con los que los profesores solemos encontrarnos en el proceso de evaluación: diseñar actividades que permitan valorar capacidades adquiridas, además de la simple constatación de asimilación de contenidos y, por otra parte, que esas herramientas sean objetivas y medibles.

Está claro que el concepto tradicional de evaluar contenidos mediante un cuestionario del tipo que sea o por la elaboración de un texto en el que aparezcan reflejado lo que se trabaja no tiene sentido en el concepto de escuela 2.0 en el que estamos inmersos. Esto no quiere decir que no sea importante que los alumnos memoricen parte de los contenidos fundamentales, sobre todo aquellos que hacen referencia a principios y que agilizan nuestra capacidad mental. Lo que defiendo es que esa debe ser sólo una parte de la evaluación y debe estar perfectamente integrada en la comprobación de que los alumnos aprenden también a manejar correctamente los instrumentos que se ponen a su alcance para obtener esos conocimientos.

El profesor como fuente única de conocimiento junto al libro de texto hoy en día queda superado por un mundo en el que lo que sobra es información y en el que lo verdaderamente importante es saber encontrarla, manipularla y transmitirla.

En el diseño de nuestra evaluación hemos de tener en cuenta el grado de competencia informacional adquirido por el alumno y la manera de aprender entendido como finalidad y no como mero instrumento. Ambos pilares, junto a los contenidos en sí, deben ser las tres patas de la mesa que impidan que cojee nuestro proceso de evaluación.

Moodle es un instrumento que nos propone diferentes modos de evaluación y que, completado con wikis, portafolios digitales y aporte de contenidos en un blog pueden darnos una variedad mucho mayor y atender de una forma individualizada a los intereses y capacidades de cada uno de nuestros alumnos.

Para una documentación teórica sobre el proceso os dejo abajo algunos enlaces que pueden resultar interesantes. Yo me voy a dedicar, en esta entrada, a las cuestiones prácticas.

La base de todo está en que conectemos los criterios de evaluación con las competencias: se trata de diseñar actividades en las que los alumnos tengan que enfrentarse a problemas diversos y complejos utilizando los diversos instrumentos que se ponen a su disposición. Moodle ofrece tanto la variedad de instrumentos necesaria como un sistema capaz de monitorizar todo lo que el alumno hace y cómo.

El proceso puede comenzar proponiendo a los alumnos un tema, unos enlaces principales a páginas que aporten los contenidos básicos que vamos a trabajar y unos instrumentos con los que elaborar el resultado. Yo suelo utilizar las wikis para esa labor de recopilación de información ya que permite saber qué aporta cada alumno al proceso al mismo tiempo que les permite a ellos trabajar de modo colaborativo autoevaluando su trabajo en comparación al que realizan sus compañeros. Para elaborar los contenidos los alumnos pueden usar openoffice y gimp. Aunque también pueden usar las herramientas de google. Podemos utilizar en moodle una base de datos con enlaces interesantes que vayan encontrando para su posterior valoración.

Estos contenidos que aportan y elaboran los propios alumnos serán la base de un cuestionario posterior en el que evaluarlos. Suelo preparar un cuestionario previo en el que estén incorporados todos los contenidos básicos de la unidad para que ellos lo trabajen al inicio y sirva de pre-evaluación. Cuando completan este proceso vuelvo a poner el cuestionario abierto para que ellos puedan repetirlo todas las veces que quieran y para que les sirva de guía de búsqueda de los contenidos fundamentales que pretendemos que el alumno trabaje.

El alumno comienza a recopilar la información mediante un proyecto que puede elaborarse a través de una webquest. Un cuestionario final que incluya el primero así como los contenidos aportados en todo el proceso por los propios alumnos puede servir para completar todo el trabajo y valorar la evolución en la resolución de la tarea desde el principio hasta el final. El trabajo elaborado puede incluir la preparación de un blog en el que ir subiendo todo el material elaborado y completarlo con un álbum de imágenes en flickr, youtube o algún otro similar.

La comunicación entre alumnos y con el profesor se realizará preferentemente en los propios foros del curso de moodle aunque también podemos incluir twitter. En este último caso es una buena opción insertarlo en nuestro blog para que los alumnos puedan leer todas las interacciones tras la creación de un hashtag.

A los alumnos se les puede pedir que suban parte del trabajo a moodle con una tarea de subida de archivos simple o avanzada, pueden trabajar también  con google sites como portafolios digital.

Para la evaluación de todos estos instrumentos yo suelo usar la opción satisfactorio/no satisfactorio/supera lo esperado y podemos incluir actividades offline en las que podemos valorar la participación, la asistencia, la predisposición, la calidad de la presentación y todos los elementos que consideremos que aportan valor a nuestra evaluación.

La ventaja que presenta moodle es que junto a esa valoración numérica o cualitativa podemos añadir todos los comentarios aclaratorios que se consideren precisos sobre los criterios que hemos usado para llegar a esa valoración de un aspecto concreto. Las tablas de calificaciones globales y la visualización de la actividad de cada alumno nos facilita la tarea de la evaluación global.

También podemos agregar la creación de una línea de comentarios en el foro para que los alumnos realicen la autoevaluación y, sobre todo, la co-evaluación. Yo también suelo elaborar alguna pequeña encuesta sobre todo el proceso y sobre la evaluación de la actividad en sí. Todo esto es también fácilmente evaluable en moodle.

El resultado final será el que podamos disponer de una gran cantidad de instrumentos que se adapten perfectamente a los criterios que hemos diseñado, enlazados con las competencias básicas y que también atiendan a la diversidad de los alumnos.

www.lascompetenciasbasicas.es

Las competencias básicas en la ESO

Educar en competencias. Centro de profesores de Córdoba

Ejemplos de tareas para evaluar competencias

Para verlo pincha aquí o sobre la imagen

Evaluando mejor con los cuestionarios moodle


Uno de los descubrimientos más interesantes en el uso de las TIC en mi experiencia docente de los últimos tiempos han sido los cuestionarios de moodle. Después de mucho tiempo buscando un recurso que me permitiera evaluar a los alumnos de una forma completa, rápida y divertida llegué hasta esta herramienta a la que poco a poco he ido siendo capaz de sacar todo el partido que necesitaba para mis clases.

Al principio intenté realizar todo ese tipo de cuestionarios con hot potatoes y lograba bastante variedad en el tipo de preguntas que podía formular. El problema que presenta es su complejidad a la hora de colgar la actividad y, sobre todo, la falta de control sobre el propio proceso de elaboración de los cuestionarios para evaluación. Está claro que hot potatoes es más un recurso para realizar actividades y prácticas que para evaluar a los alumnos.

La ventaja que presenta moodle es que ofrece un entorno controlable en todo momento por el profesor, los alumnos entran en sus cuentas y desde ese momento queda registrada toda la actividad que realizan. La configuración del cuestionario ofrece posibilidades múltiples como  repetirlo cuantas veces se quiera, mantenerlo oculto hasta el momento previsto o poner un tiempo determinado para su realización en tiempo de clase. Pueden añadirse todo tipo de comentarios para facilitar y aclarar cuestiones previas.

Los cuestionarios también dan la posibilidad de establecer diferentes sistemas de evaluación puesto que los alumnos pueden realizarlos en su casa tranquilamente y consultando todo el material que consideren conveniente, lo que les sirve para reforzar los contenidos trabajados.

Ofrece a los alumnos la posibilidad de conocer los resultados de manera inmediata y poder repasarlos en cualquier momento posterior para conocer los errores que han cometido. Esto supone también una ventaja para el profesor al facilitarle mucho su labor de corrección que queda sólo limitada a aquellas cuestiones en las que los alumnos tienen que elaborar la respuesta.

Moodle propone distintos tipos de preguntas. El asistente para configurarlas es muy sencillo e intuitivo y ofrece un editor de texto simple pero suficiente para incluir cuadros, imágenes, tipos de letra, etc. Podemos elaborar todas estas preguntas dando una puntuación según nuestra valoración de los contenidos e incluir penalizaciones en las respuestas incorrectas.

El problema mayor que tienen estas preguntas es que sólo se puede realizar una cada vez: si pretendemos hacer una serie de verdadero/falso tendremos que crear una para cada frase. Esto queda solucionado con las preguntas cloze, auténtico cajón de sastre que, una vez dominamos su sencilla sintaxis de elaboración, permite crear preguntas complejas y variadas.

Con las preguntas cloze podemos realizar varias cuestiones al mismo tiempo de carácter numérico, rellenando huecos o seleccionando opciones. La sintaxis de la pregunta presenta una ponderación, la selección del tipo de pregunta (SHORTANSWER, MULTICHOICE), cualquier tipo de texto visible y el hueco para respuesta o un desplegable con diferentes opciones. Para la elaboración de estas preguntas puedes también usar desplegado el editor a pantalla completa sólo con pichar sobre el icono desplegar:

Otra gran ventaja es que estos cuestionarios se pueden visualizar perfectamente con ipad y cualquier tipo de dispositivos móviles, con una vista agradable y simple. Los alumnos podrían realizar los cuestionarios desde sus smartphones o tabletas apple o android.

Una ejemplo de elaboración de preguntas sería esto:

Y el resultado visual sería este:

Los alumnos ven el resultado de esta forma, sus respuestas correctas, las incorrectas, la respuesta correcta que tendrían que haber puesto y el resultado parcial de la pregunta.

Existen diversos tutoriales para la realización de preguntas. Una buena cosa es tener claro previamente el cuestionario, las preguntas y el modo en que realizarlas porque luego plasmarlas es muy sencillo escogiendo entre las distintas opciones.

Los alumnos suelen valorar de forma positiva la forma de trabajar las actividades. La inclusión de imágenes y textos facilita su realización y se les hace mucho más ameno. También consideran muy positivo el poder conocer el resultado inmediatamente y poder revisar sus errores.

Normalmente yo suelo hacer un cuestionario previo con los alumnos para que puedan realizarlo todas las veces que quieran y para que puedan estudiar los contenidos, los conceptos y el tipo de preguntas que se les pondrán en el cuestionario-exámen. La realización de este examen se hace en clase de forma individual, sin material de apoyo y sólo pueden enviarlo una vez. Cuando terminan el cuestionario vuelvo a colocarles el mismo repetido para que puedan volver a hacerlo resolviendo las dudas que se plantearon. Este cuestionario les sirve de repaso y para asentar los contenidos trabajados en la unidad.

Frente al sistema tradicional de examen-nota este sistema ofrece una evaluación de competencias en las que se valoran ortografía, contenidos, manejo de recursos o trabajo en equipo. Moodle permite realizar evaluaciones off-line en las que podemos valorar su actitud o su esfuerzo con observaciones en el aula. La recopilación de información es muy sencilla sólo con crear un informe de actividad de cada alumno ya que aparece una tabla con todos sus resultados para cada tarea. También pueden subir sus trabajos a moodle para su evaluación como archivos directamente o con la elaboración de un portafolios digital en google sites.

Por último decir que suelo complementar la realización de estas actividades con la propuesta de una wiki sobre los contenidos que se estén trabajando. Esas wikis las evalúo como trabajo de grupo y además les sirven como apuntes a sobre los que yo baso posteriormente los cuestionarios de control sobre asimilación de contenidos.

La utilización de cuestionarios para evalución es sólo una de las posibles utilidades de esta herramienta. Otro de los aspectos interesantes que ofrece es el de elaborar encuestas sobre cualquier aspecto dentro del aula, controles de lectura, o valoración sobre cualquier tema del que queramos conocer la opinión de nuestros alumnos.