La competencia informacional en el aula


Surge esta reflexión a partir de la atenta lectura del artículo de «La competencia informaciona en la enseñanza obligatoria a partir de la articulación de un modelo específico» de Anna Blasco Olivares, Gloria Durban Roca, en la Revista Española de Documentación Científica nº monográfico, 100-135, 2012 que podéis encontrar pinchando aquí.

Hace ya algún tiempo que sigo el trabajo de los compañeros en Cataluña sobre el tema de competencia informacional porque creo que aportan un planteamiento muy interesante y útil. El artículo realiza una tarea estupenda delimitando y definiendo el concepto de competencia informacional frente al resto de competencias y en conexión con la competencia digital, con la que suele llegar a confundirse.

Es cierto que la definición que establece la ley en este término resulta ambiguo puesto que en ocasiones suele confundirse con su aspecto púramente digital, mientras que otras veces hace referencia a un concepto mucho más general sobre lo que supone la necesidad de localizar la información, procesarla y reproducirla posteriormente como proceso fundamental que los alumnos deben realizar para desarrollar su aprendizaje.

El artículo incide mucho en el aspecto transversal al que debemos prestar atención si verdaderamente queremos trabajar esta competencia en nuestra labor docente: no se trata de algo que podamos realizar de una manera aislada sino que requiere la colaboración de todo el equipo docente. Es en ese punto en el que cobra un papel primordial la biblioteca escolar como depositaria de materiales, poseedora de mecanismos de acceso a la información y generadora de proyectos integrados que impliquen a todo un centro educativo.

Va situando el artículo el papel que la competencia informacional tiene junto al resto de competencias en su función de competencia comunicativa, metodológica, personal y las que permiten convivir y habitar el mundo. Todo esto queda, por supuesto inserto en un concepto de información que va mucho más allá de lo puramente digital puesto que engloba todo tipo de comunicación (verbal, no verbal, escrita, oral…) que debe ser trabajada sin menospreciar la importancia de la comunicación digital, muy cercana a los alumnos que viven como auténticos nativos digitales.

El artículo incluye un plan de trabajo que posibilite a los profesores una reflexión sobre su práctica docente hasta llevarle a un cambio sustancial en el modo de trabajar que implique subordinar los contenidos a la consecución de las competencias, lo que no quiere decir que nos olvidemos de ellos. Para lograrlo propone un modelo de trabajo que puede suponer una base sobre lo que arrancar para aquellos que están menos familiarizados con estos contenidos.

El trabajo por competencias es un modelo impuesto desde la administración pero que no ha tenido en cuenta el grado de conocimientos que sobre la materia tiene una gran mayoría de docentes. Son muchas las programaciones que ya incluyen este modelo sin que en realidad esté suponiendo un cambio significativo en el modo de trabajar en el aula con los alumnos.

Cuando hace ya algunos años los profesores comenzamos a usar conceptos como objetivos, criterios de evaluación y calificación o grado de consecución de objetivos ya pasó algo similar a lo que está ocurriendo hoy en día puesto que la incorporación fue teórica pero debieron pasar muchos cursos antes de que se produjera un verdadero cambio en el modo en que muchos docentes fuimos cambiando nuestro modo de dar clase (otros ni siquiera han llegado a ese primer cambio aún).

Lo cierto es que si la administración quiere que se produzca un cambio verdadero en el sistema de enseñanza que repercuta de forma positiva en el aprendizaje de nuestros alumnos deberá realizar una fuerte inversión en los centros escolares públicos tanto de primaria como de secundaria dotando de medios suficientes y desarrollando auténticos planes de formación que resulten atractivos a los profesores por la calidad de los contenidos y la aplicabilidad directa en el aula.

Y todo eso deberá ir apoyado por materiales de trabajo que hagan fácil la aplicación de estos modelos en el aula. No podemos pretender que un profesor atienda a treinta alumnos en el aula en su diversidad, se forme a la última en cuestiones de competencias básicas, conozca los principales instrumentos digitales y no digitales (tanto programas como dispositivos) y encima que elabore sus propios materiales novedosos y publique en un blog su práctica para que el resto de la comunidad educativa la conozca. Y todo esto en los tiempos que corren de recortes en presupuestos y en sueldos y en aumento de horas de clase.

Resulta imprescindible ante este panorama el papel de la biblioteca escolar y la administración debería comenzar por realizar un verdadero plan de acción que lleve a los responsables de estas bibliotecas a estar suficientemente preparados en todo lo referente a fomento de la lectura, formación de usuarios y trabajo en las competencias. Sólo con una biblioteca que actúe como coordinadora de este tipo de proyectos y que disponga de los materiales e instrumentos necesarios podremos comenzar a realizar ese cambio que tanto necesita nuestro sistema. Si esto no ocurre así pensaremos que la administración sólo quiere, como casi siempre, aumentar el número de aprobados nivelando por abajo sin tener en cuenta la calidad de la enseñanza que los centros deben impartir.

En definitiva, la competencia informacional no es sólo competencia digital sino que incluye todo tipo de comunicación. La competencia informacional se complementa con otras competencias hasta llegar a fomentar la de aprender a aprender. Pero no podemos simplificar esta competencia como una utilización de herramientas TIC. El trabajo por competencias sólo es posible si trabajamos desde el concepto de desarrollo de proyectos transversales que use los conocimientos como modo de logar los objetivos marcados por nuestras competencias. Debemos diseñar modelos progresivos en el grado de autonomía del alumno que le permitan, tanto desde lo individual o el trabajo en grupo, localizar la información, manejarla y transmitirla de modo de incida en el propio pensamiento del alumno para que él mismo sea capaz de generar sus propias ideas a partir de lo desarrollado para poder así completar el proceso de aprendizaje.

Os dejo una presentación que es la estructuración de la competencia informacional según capacidades, habilidades, destrezas e indicadores de destrezas por el modelo de 3 fases que nos presenta el artículo citado. formacional. Modelo 3-3-3 on Prezi

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