El papel de la administración en el desarrollo de las bibliotecas escolares


Surge este post después de la lectura de la entrada del Plan de lectura y bibliotecas escolares en red de Albacete, sobre la situación de presente y futuro en esa comunidad.

Mi contacto con bastantes bibliotecas escolares de Murcia y de Andalucía (sobre todo Almería) me lleva a considerar que la situación que se describe para Castilla-La Mancha no es muy diferente de la del resto de España. Dos son los problemas que, a mi modo de ver, nos mantienen en esa situación y sobre los que escribo aquí.

Somos conscientes de la importancia de las bibliotecas escolares y el papel que deben jugar en la dinamización en la escuela para crear un nuevo modo de enseñar. Son muchos los autores que hablan de esa evolución desde la biblioteca tradicional como centro de lectura y depósito de información hasta la nueva biblioteca 2.0 integrada en el proceso de enseñanza-aprendizaje como verdadero centro intregrado de recursos (BECREA). Ese concepto educativo es el que da verdadero valor al concepto de escolar en la biblioteca y lo que la diferencia del resto de bibliotecas públicas a disposición de todos.

Si lo tenemos tan claro y sabemos de la mejora que supondría en nuestros centros educativos una biblioteca escolar así ¿Por qué nuestras bibliotecas escolares siguen sin alcanzar esa evolución?

Para mí el problema se centra en el papel que juega en todo esto la administración pública, tanto el estado como las comunidades autónomas. Sin un estado capaz de realizar un plan general de bibliotecas con las que coordinar el trabajo de todas las comunidades autónomas y en el que se aprovechen los avances parciales que se producen en unas comunidades para extenderlo a las demás, no lograremos que las bibliotecas escolares acaben siendo lo que deberían. Mientras en España las competencias educativas sigan dependiendo exclusivamente de las CCAA cada una seguirá dando palos de ciego repitiendo errores. Esto no quiere decir que no sea positiva la descentralización de la gestión educativa, lo que impide su eficiencia es el que no exista un estado capaz de establecer unos mínimos comunes en planes que afectan a todos los ciudadanos, independientemente del territorio en el que vivan y que garanticen unos mismos derechos y servicios para todos.

Sólo un país con un concepto de estado capaz de establecer unos mínimos comunes para todos será capaz de generar un plan de desarrollo de las bibliotecas escolares que les permita llegar a ser lo que aquello que nuestros centros educativos necesitan. En España seguimos pensando que son los territorios los que tienen derechos en lugar de los ciudadanos. Y esto sería extensible hasta hacerlo desde una política europea.

Pero aunque este problema lo solucionáramos aún nos quedaría por resolver el más importante. Por mucho que tengamos una administración capaz de coordinar un plan nacional de bibliotecas, sin una inversión en recursos materiales y humanos verdaderamente importante y eficiente no lograremos nada.

Invertir en educación es invertir en futuro, mucho más en momentos de crisis como el actual. De todas las inversiones la más rentable, sin duda alguna, es aquella que permita hacer las bibliotecas escolares auténticas gestoras de los recursos educativos de un centro escolar.

Un plan de bibliotecas escolares deberá dotar a los equipos de bibliotecas de presupuesto para actualizar sus fondos y modernizar sus medios digitales (ordenadores, wifi, soportes de libros digitales, etc), pero deberá, sobre todo, disponer de equipos de profesores capaces de dinamizar la biblioteca, generar recursos educativos y fomentar la lectura. Para conseguir que el profesorado aproveche al máximo las potencialidades de nuestras bibliotecas es imprescindible invertir en formación. No podemos seguir pidiendo a los docentes que den sus clases, corrijan sus exámenes, preparen sus materiales y, a la vez, dedique parte de su tiempo y su dinero en auto-formarse sin ningún tipo de incentivo ni económico ni profesional.

No podemos pretender que las bibliotecas escolares avancen sin profesores que tengan suficiente horario lectivo para dedicar a la organización de la biblioteca, a la creación de recursos educativos y  atención al resto de la comunidad educativa. Las bibliotecas escolares necesitan equipos docentes con dedicación plena a su labor para que ofrezcan recursos al resto de la comunidad educativa.

Hasta ahora el desarrollo de las bibliotecas escolares se ha producido gracias a un puñado de profesionales que hemos dedicado un enorme esfuerzo extra a formarnos, convencernos y convencer a nuestros compañeros de la necesidad de este cambio. Es ya la hora de que sea la administración la que tome el relevo creando planes de formación y generando recursos que extiendan a todo el profesorado la labor del nuevo profesor.

Los profesores nos enfrentamos al reto de educar ciudadanos que utilizan la tecnología de modo natural. Tenemos que ser capaces de motivarlos en un entorno educativo muy poco atractivo a priori para ellos y todo eso desde la diversidad. El papel dinamizador y orientador del docente ante este nuevo alumno sólo será posible si contamos con recursos educativos y medios. En este punto es en el que las bibliotecas escolares pueden ofrecer una gran ayuda. Los que apuesten por este modelo educativo acabarán triunfando, los que pierdan este carro están abocados al fracaso.

Nuestro gran reto es el de enseñarles para que puedan solucionar problemas que todavía no se han creado. Tenemos que hacerlos capaces de modelar su propio proceso de aprendizaje y mejorar su capacidad de organizar y utilizar una información muy variada en contenidos y en fuentes.

3 comentarios en “El papel de la administración en el desarrollo de las bibliotecas escolares

  1. Gracias por la mención a la reflexión que compartí el pasado domingo. Cierto es, la administración, ahora que estamos en crisis (como dirían los japoneses), es cuando debe provocar cambios que inciten los procesos de mejora. El sistema y configuración tradicional a este respecto no ha funcionado y las bibliotecas escolares y los «maestros-bibliotecarios» necesitamos cambios.
    Un saludo desde Albacete.

    • Gracias a ti por el seguimiento. Tienes razón en que es imprescindible un cambio de orientación. Por eso insisto en que debe ser la administración la que se dé cuenta, de una vez por todas, de la importancia de las bibliotecas escolares y del papel que pueden desempeñar en la renovación docente que necesitan nuestros centros.

  2. Pingback: Las tecnologías en educación – UNIPE

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